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Facultad de Ingeniería - Universidad Nacional de San Juan - San Juan, Argentina

Académica

Conmemoración


6 de junio: Día de la ingeniería argentina

El 6 de Junio de 1870 egresó del Departamento de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires la primera cohorte de ingenieros de la Argentina.

Publicado por:

Silvia Marcet

Fecha:

05-06-2022

6 de junio: Día de la ingeniería argentina

El Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan, Esp. Ing. Oscar Mario Fernández y su equipo de Decanato saludan a los estudiantes y profesionales de la Ingeniería formados en esta casa y a quienes se desempeñan en nuestra comunidad, contribuyendo con sus estudios, investigaciones, tareas de transferencia y trabajo cotidiano al desarrollo estratégico de nuestra región, a través de la evolución tecnológica, productiva, científica y sustentable de nuestras comunidades.

En el marco de un año en que se trabaja ardua y comprometidamente en todas las facultades de Ingeniería del país en pos de la incorporación de los nuevos estándares de enseñanza de la Ingeniería, del aprendizaje centrado en competencias, enfocado en los estudiantes y con una práctica orientada a proyectos tendientes a la aplicación permanente de los nuevos conocimientos, más que nunca debemos reconocer la labor invaluable de las y los ingenieros argentinos.

El 6 de Junio se conmemora el Día de la Ingeniería Argentina, debido a que en esa fecha, en el año 1870, egresó del Departamento de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires la primera cohorte de ingenieros de la Argentina. Entre los once primeros profesionales recibidos en esa casa de altos estudios se encontraba el ingeniero civil, Luis Augusto Huergo. La efeméride recuerda especialmente su nombre debido a la importancia que tuvo su actuación en la construcción de obras emblemáticas para el país.

Luis Augusto Huergo, el primer ingeniero de nuestro país

El fin del siglo XIX encontró a los argentinos atareados en la construcción de un nuevo país, dejando atrás al que había pasado con décadas de luchas internas. La modernización y la construcción de infraestructura básica era esencial para esa joven Argentina. Hacia 1870, Buenos Aires era todavía una gran aldea, los barrios de Flores y Belgrano eran villorrios algo alejados de la ciudad y, en pleno centro porteño, los zanjones se transformaban en peligrosos riachos cuando las aguas del Plata subían con las crecientes y sudestadas.

A las obras que se llevaban a cabo en el país, principalmente en Buenos Aires, se sumaron dos emprendimientos monumentales: la construcción la red ferroviaria y la apertura del puerto de Buenos Aires. Esta última enfrentó a dos hombres con visiones y proyectos diferentes: Eduardo Madero y Luis Huergo.

Luis Augusto Huergo nació en Buenos Aires el 1 de noviembre de 1837. Cursó su educación media en los Estados Unidos y, a su regreso al país, se recibió de agrimensor en el Departamento Topográfico de Buenos Aires. Posteriormente, se inscribió en la carrera de Ingeniería civil en el Departamento de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, carrera promovida por el rector Juan María Gutiérrez. Huergo se recibió de ingeniero civil, siendo su diploma el número 1 expedido por la Universidad.

Realizó su tesis con un estudio sobre vías de comunicación, algo que indicaría cual iba a ser su interés en la profesión. Su tarea en obras públicas y la política serían sus principales actividades, las que complementó con la docencia. Huergo tenía la idea de que el nuevo puerto debía partir del mejoramiento del antiguo puerto de cabotaje ubicado en el Riachuelo. Según la planificación prevista, su concreción en etapas graduales, permitiría la financiación de las obras mediante el propio funcionamiento del puerto, y sin requerir empréstitos extranjeros. Se suponía que el plan de Huergo tenía ventaja, ya que su autor había sido quien diseñó la canalización del Riachuelo.

Sin embargo, el plan de Huergo encontró un poderoso adversario: Eduardo Madero, un empresario que era sobrino de Francisco Madero, vicepresidente de Julio Argentino Roca. A pesar de que el plan de Madero fue definido como ambicioso y bastante caro —requería de tomar un empréstito en el exterior—, sus contactos políticos hicieron que ganara el apoyo de los funcionarios del gobierno, los círculos de comerciantes exportadores e importadores, los diarios La Nación, La Tribuna y El Diario y, sobre todo, capitalistas ingleses. Fueron ellos quienes apostaron a que el proyecto de Madero requiriera de técnicos, empresas y capitales británicos. A Huergo lo apoyaron los comerciantes de la zona sur y el diario La Prensa.

Al cabo, el lobby de Madero fue efectivo y consiguió alzarse con la obra de la que participaron constructores e ingenieros ingleses, además de la banca Baring Brothers.

A pesar de los reparos de Huergo a esta construcción, las obras se llevaron adelante. Sin otra alternativa, el 5 de enero de 1886, Huergo renunció a su cargo de Director Técnico de las Obras del Riachuelo, pero no se retiró de la función pública. Fue electo diputado y senador provincial.
Estuvo al frente las obras para proyectar el aumento del caudal del Salado, con canales procedentes de los ríos Tercero, Cuarto y Quinto. Construyó en San Fernando el primer dique seco de Argentina, participó en el proyecto del ramal inicial del Ferrocarril Pacífico, entre Buenos Aires y Villa Mercedes, San Luis.


En 1888, fue consultado por el Ministro de Gobierno de Córdoba para la construcción del dique San Roque. Diseñó y construyó el puerto militar de Puerto Belgrano y cumplió funciones como Intendente General de Guerra. También proyectó las obras del puerto de Asunción del Paraguay y estudió los canales próximos a Montevideo. Y estableció los estudios iniciales para la construcción de un canal de navegación de Córdoba al río Paraná, la canalización del río Bermejo y de la zona carbonífera de Mendoza.

Fue ministro de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires; profesor y decano, por tres períodos, de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y cofundador y presidente de la Sociedad Científica Argentina, el Instituto Geográfico Argentino y el Centro Nacional de Ingenieros (hoy Centro Argentino de Ingenieros). Fue nombrado socio honorario del Centro Naval y la Sociedad Central de Arquitectos. Fue veedor de las primeras pruebas telefónicas en Buenos Aires. Presidió en 1910 el Congreso Científico Internacional Americano y participó en el International Electrical Congress, de St. Louis, junto a Thomas Alva Edison. Su última función la desempeñó como presidente Honorario de la Dirección General de la Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia.

El tiempo le dio la razón y fue convocado por el gobierno nacional para solucionar los problemas que había anticipado del proyecto de Madero para el puerto de Buenos Aires. En 1911 se iniciaron las obras proyectadas por Huergo, con el denominado Puerto Nuevo, que concluyeron en 1926. Huergo convirtió a Buenos Aires en el primer puerto de América Latina.

Huergo falleció en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1913. Como homenaje su trayectoria y a su obra la Asociación de Ingenieros del Uruguay lo proclamó el “Primer Ingeniero de América Latina”. En nuestro país, el 6 de junio fue declarado como el “Día de la Ingeniería Argentina” —y luego el “Día del Ingeniero”— para conmemorar aquel día de 1870 en el que Huergo recibiera su diploma de Ingeniero en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, timbrado con el número 1.

Elisa Beatriz Bachofen, la primera ingeniera argentina

Recién en 1917 se recibió la primera ingeniera argentina Elisa Beatriz Bachofen. Reconocida como una referente de la profesión en Sudamérica, fue proyectista de puentes, dirigió obras viales, integró el Instituto Nacional de Tecnología y presidió el Consejo Nacional de Investigaciones científicas y técnicas industrial.

La Facultad de Ingeniería, a través de su equipo de Decanato, saluda a las y los ingenieros y estudiantes de Ingeniería de esta institución y del país, y felicita por su labor fundamental para el desarrollo de nuestra región.

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